sábado, 17 de marzo de 2012

Violeta Parra

Hola amigos.
Hace unos días, el 5 de febrero, recordábamos el 45 aniversario de partida de la querida Violeta Parra.
Cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, considerada por algunos la folclorista más importante de Chile y fundadora de la música popular chilena.
Entre sus numerosas composiciones, hoy quiero compartir con ustedes una canción que dedicara al amor de su vida, el antropólogo suizo Gilbert Favré, quien terminó apasionándose por la música andina, y llegó a formar parte del grupo Los Jairas (entre sus integrantes también estuvo el notable maestro del charango Ernesto Cavour).

“Run Run se fue pa´l norte” nació cuando Gilbert decidió ir a radicarse a Bolivia para continuar su trabajo con los Jairas, debido al éxito que habían tenido.  Violeta se quedó en su Chile dedicada a la promoción de la música y las artes de su pueblo.

Comparto dos versiones, la de la misma Violeta, y una interpretación magistral de Inti Illimani, que refuerza la dimensión melódica del tema.

Hasta la próxima!

Run-Run se fue pa’l norte (Violeta Parra)

En un carro de olvido, antes del aclarar,
de una estación del tiempo, decidido a rodar,
Run-Run se fue pa’l norte, no sé cuándo vendrá;
vendrá para el cumpleaños de nuestra soledad.
A los tres días, carta con letras de coral:
me dice que su viaje se alarga más y más.
Se va de Antofagasta sin dar una señal
y cuenta una aventura que paso a deletrear.
¡Ay ay ay de mí!

Al medio de un gentío que tuvo que afrontar
un trasbordo por culpa del último huracán,
en un puente quebrado, cerca de Vallenar,
con una cruz al hombro Run-Run debió cruzar.
Run-Run siguió su viaje y llegó al Tamarugal.
Sentado en una piedra se puso a divagar,
que sí, que esto, que lo otro, que nunca, que además,
que la vida es mentira, que la muerte es verdad.
¡Ay ay ay de mí!

La cosa es que una alforja se puso a trajinar,
sacó papel y tinta, un recuerdo quizás,
sin pena ni alegría, sin gloria ni piedad,
sin rabia ni amargura, sin hiel ni libertad…
Vacía como el hueco del mundo terrenal
Run-Run mandó su carta por mandarla nomás.
Run-Run se fue pa’l norte, yo me quedé en el sur:
al medio hay un abismo sin música ni luz.
¡Ay ay ay de mí!

El calendario afloja, por las ruedas del tren,
los números del año sobre el filo del riel.
Más vueltas dan los fierros, más nubes en el mes,
más largos son los rieles, más agrio es el después.
Run-Run se fue pa’l norte, qué le vamos a hacer.
Así es la vida entonces: espinas de Israel,
amor crucificado, corona del desdén,
los clavos del martirio, el vinagre y la hiel.
¡Ay ay ay de mí!







Inti Illimani


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